El primer juego tenía
algo perturbador.
Una hermosa
doncella de tamaño natural, protegía su pecho desnudo
con sus brazos
cruzados firmemente.
El jugador debía
intentar apartar esos brazos para poder ver sus
senos metálicos.
Insertó una
moneda, en la ranura de los labios de la
mujer y se dedicó
a obligarla a que apartara los brazos.
Pero el acero se
resistía con firmeza.
Tiró con más
fuerza.
Poco a poco, su
rostro se fue desfigurando.
Como ella
expresaba una inconfundible angustia, tuvo
la sensación de
estar cometiendo una violación.
Se tensó tanto que
los músculos empezaron a dolerle.
Un grito de la
joven lo aterró.
Oírla, porque la
sabía muda.
Muda de mudez.
Muda de sonidos
perceptibles.
Sus propios ojos
huecos de vacío ciego, lo obligaba a taparle la boca, para callarla.
Entonces,la golpeó.
Ambos suspiraron aliviados.
El texto es de hoy? Me dejó un peso en el pecho...
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