miércoles, 16 de mayo de 2012

JUEGO UNO



El primer juego tenía algo perturbador.
Una hermosa doncella de tamaño natural, protegía su pecho desnudo
con sus brazos cruzados firmemente.
El jugador debía intentar apartar esos brazos para poder ver sus senos metálicos.
Insertó una moneda, en la ranura de los labios de la
mujer y se dedicó a obligarla a que apartara los brazos.
Pero el acero se resistía con firmeza.
Tiró con más fuerza.
Poco a poco, su rostro se fue desfigurando.
Como ella expresaba una inconfundible angustia, tuvo
la sensación de estar cometiendo una violación.
Se tensó tanto que los músculos empezaron a dolerle.
Un grito de la joven lo aterró.
Oírla, porque la sabía muda.
Muda de mudez.
Muda de sonidos perceptibles. 
Sus propios ojos huecos de vacío ciego, lo obligaba a taparle la boca, para callarla.
Entonces,la golpeó.
Ambos suspiraron aliviados.



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